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La Vulnerabilidad y el Manejo de Preguntas

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Usted ya ha investigado el tema, analizado sus datos, organizado su información y preparado sus ayudas visuales. Ha hecho varias prácticas mentales de su presentación e idealmente ha presentado ante sus colegas o el espejo. Está sobre la tarima mirando a su audiencia, la conclusión de mucha preparación. Llegó el momento. Comienza la presentación.

Hace el primer contacto con su audiencia. Siente la tensión, pero luego de un minuto (que parece ser eterno) comienza a fluir su presentación. Siente mayor comodidad. La situación está mejorando.

Ha compartido sus primeros 5 minutos de contenido, cuando aparece la primera mano alzada. ¿Qué es esto? Podría ser una pregunta, un comentario o… Usted interrumpe su presentación para reconocer al miembro de su audiencia. Escucha tensamente. Su mente es un diluvio de preocupación y duda: ¿Qué me va a preguntar? ¿Por qué me interrumpe? ¿Será que no me expresé claramente? ¿Cómo regreso a mi contenido y al flujo que había logrado? ¿Será que esta pregunta invitará otras? ¿Es positivo o negativo? ¿Debo decirle a la audiencia que espere hasta el final para intervenir?

Escucha la pregunta, responde y cautelosamente sigue adelante.

Finalizada su presentación, es capaz de tomar preguntas… Bueno, supuestamente.

Puede preparar, practicar y exponer una buena presentación. Lo que es imposible prever por completo son las preguntas que lanzará su audiencia, en el transcurso o al final de su presentación. Peor aún, es imposible predecir el tono y la intención de sus intervenciones.

Por ejemplo, podrán enunciar la frase: “Su recomendación me preocupa; ¿Cómo cree que funcionará?” o podrán objetar agresivamente, al decir: “Su recomendación es ridícula; ¡no funcionará!” ¿Cómo logramos manejar esta situación? Un momento que considero uno de los más vulnerables de nuestras vidas.

Al presentar, estamos solos sobre una isla. Nuestro público está atacando. Debemos evitar resultar heridos de forma diestra y estratégica. Una excelente sesión de preguntas, marca una excelente presentación. Al tropezar, congelarse, mostrar debilidad o reaccionar, corre el riesgo de sufrir una humillación profesional que nunca olvidará.

No existe un antídoto perfecto al veneno de las intervenciones. Afortunadamente, existen técnicas probadas que le ayudarán ante cualquier audiencia:

Prepárese: La preparación es insustituible. Practique y consulte con sus colegas para aproximar posibles preguntas, ataques y puntos débiles. Sugiero que anote las posibles preguntas con sus respuestas. Al haber escrito esta parte, sentirá la seguridad y confianza de una buena preparación; además recordará mejor su respuesta cuando le toque esa pregunta.

Repita/Parafrasee la Pregunta: Esta técnica es excepcional. Luego de escuchar la pregunta, usted la resume para la audiencia. Esto garantiza que todos podrán escuchar la pregunta y le provee a usted el tiempo para pensar en su respuesta.

Por ejemplo, si le preguntan:

“Esto representa una gran inversión, ¿Cuánto tiempo pasará antes de que percibamos un retorno?”

Escucha y parafrasea, “¿Cuándo esperamos generar un retorno sobre la inversión?”

En caso de un ataque, la persona podría decir, “¡Su idea es ridícula, nunca funcionará!”

Escucha (absorbe el golpe) y parafrasea, “¿Funcionará nuestra idea?” Parafrasear ayuda a disipar la emoción del ataque y lo postula como una pregunta que es más fácil de responder.

A través de esta técnica, gana más segundos para pensar, formular la respuesta y exponerla con confianza y seguridad.

Manejar preguntas nunca es fácil. Nuestras técnicas y estrategias han ayudado a miles de presentadores lograr el éxito al lidiar con este momento vulnerable.

Comparta sus preguntas, preocupaciones o anécdotas relacionadas al manejo de preguntas, vía los comentarios, Twitter o Facebook.

Posted on May 21, 2010 and filed under David Charner.

La Lección del Químico — Manejar Preguntas al Presentar

David Charner


Según el químico, él había hecho una presentación de calidad. Le alegró el flujo de sus ideas. Sintió seguridad y confianza en su presentación y creyó haber impactado a su audiencia. Presentó los resultados de las investigaciones que había llevado durante los últimos años. 

Terminó de presentar su última ayuda visual y su audiencia le dio un fuerte aplauso. Abrió la sesión de preguntas y comenzaron a subir las manos en la sala. Manejó las primeras preguntas fácilmente, se referían a los resultados de sus estudios y no le presentaron inconvenitentes. 

El químico, sonriente, seleccionó su próximo interrogador. Un miembo de la audiencia se paró y enunció con firmeza, que según el trabajo y las investigaciones de un colega; todas las conclusiones que presentó estaban erradas. El químico se puso pálido, su expresión neutra, como si estuviera congelado. No sabía qué decir, ni cómo responder. Soltó algunos sonidos, pero había perdido el control. Desafortunadamente, recordará esa humillación por el resto de su vida. 

Manejar preguntas al final de una presentación, es uno de los momentos más vulnerables en una carrera laboral. Podemos preparar y conocer lo que vamos a presentar, pero nunca sabremos con certeza qué preguntarán, comentarán o cómo nos atacarán. ¡Debemos prepararnos! Sugerimos: 

  • Espere lo inesperado — Antes de presentar a su audiencia, comparta sus ideas con sus colegas. Invite sus dudas, críticas y comentarios. Anote las preguntas y formule respuestas
  • Parafrasee la pregunta antes de responder — Al entender la pregunta, rompa el contacto visual con su interlocutor y repita o parafrasee la pregunta. Esta técnica presenta muchas bondades, la principal es que le da tiempo para pensar
  • Termine su respuesta con un nuevo miembro de su audiencia — Esto invita al diálogo y a la pérdida de control



Suerte en sus presentaciones.

Posted on January 25, 2010 and filed under David Charner.